Según Colombia Fintech y el diario La República, en Colombia existen aproximadamente 2.540.000 MiPymes que representan más del 96% de las empresas constituidas, las cuales deben responder a las exigencias de un mercado que les demanda calidad, variedad de productos y/o servicios y mayor productividad para ser competitivos. Estas exigencias hacen que muchas MiPymes no logren sobrevivir a los primeros años de operación o enfrentarse a escenarios como la pandemia, donde muchas MiPymes debieron reinventarse para sobrevivir.
Para muchas empresas, la clave para sobrevivir y mantenerse vigentes en el mercado, está asociada a la capacidad de innovar en la forma de hacer las cosas, desarrollando nuevos productos, optimizando procesos, buscando de esta manera reducir costos e incrementar el margen de utilidad, sin que implique un incremento en el valor de los bienes y servicios que se ofrecen al consumidor final. Sin embargo, muchas MiPymes se enfrentan a una dualidad: destinar recursos para su operación o invertir en el desarrollo de proyectos de innovación. La decisión no es fácil, dado que según Rosmery Quintero, Presidenta Nacional de la Asociación Colombiana de Pequeñas y Medianas Empresas (ACOPI), “El 50% de las MiPymes del país se quiebran después del primer año y solo el 20% sobrevive al tercero”, adicionalmente según McKensy el 62% de las MiPymes no tienen acceso a la financiación.
Ante este escenario, es evidente la necesidad que tienen las MiPymes para el acceso a instrumentos que les permitan destinar recursos para innovar, sin que esto afecte su funcionamiento. El acceso a créditos y otras fuentes de financiación pueden verse limitadas cuando los proyectos de I+D+i representan una alta incertidumbre, algo característico en los procesos de innovación, y por ende pueden desistir de realizar estos esfuerzos. Sin embargo, en Colombia existe un instrumento poderoso que puede ayudar a las MiPymes a financiar sus iniciativas de innovación de manera indirecta: los beneficios tributarios. Este instrumento creado en Colombia en 1992 se caracteriza por ser flexible, dado que permite a las empresas elegir los proyectos de I+D+i a desarrollar, y son más efectivos para fomentar la ejecución de iniciativas con un mayor enfoque al mercado, de más largo aliento y de mayor impacto en las empresas.
En la actualidad, Colombia cuenta con el beneficio tributario más generoso del mundo según la OCDE, con un porcentaje de recuperación a las empresas que invierten en I+D+i, que podría alcanzar hasta el 50% de la inversión. La deducción y descuento tributario, o el crédito fiscal son dos beneficios tributarios a los cuales las MiPymes pueden aplicar, siendo el crédito fiscal el más apropiado para aquellas empresas que no cuentan con suficiente impuesto a cargo, dado que permite el cruce del incentivo con otros impuestos como el IVA, y la devolución del dinero por medio de Títulos de Devolución de Impuestos (TIDIS) cuando aplique; así, por ejemplo, en un proyecto de 500 millones de pesos, la empresa puede recibir un crédito fiscal de 250 millones de pesos. Para la vigencia 2020, según datos publicados por Minciencias, las MiPymes invirtieron más de 160 mil millones de pesos en proyectos de I+D+i, que dieron acceso a beneficios tributarios
Para solicitar un beneficio tributario, es necesario desarrollar un proyecto de Investigación, Desarrollo o innovación y presentar la documentación en las convocatorias que el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación publica anualmente; si bien el proceso de justificación y memorias técnicas puede convertirse en un reto para las MiPymes que desean aplicar, FI Group es un aliado que los apoyará en el proceso de acceso a los beneficios tributarios y en la construcción de proyectos de I+D+i novedosos, que se ajusten a los requisitos establecidos en las respectivas convocatorias.
Hoy, en el día de las MiPymes, queremos invitarlos a explorar y acceder a este tipo de financiamiento indirecto, que permitirá a las empresas innovar a un menor costo.
Referencias: